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Que hay detrás de una mala digestión

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Salud Consejos

Si sientes que tienes malas digestión, entonces preocúpate, puede ser un indicio de algo más grave al interior de tu cuerpo, averigua que puede ser, en las siguientes líneas, y ve descartando situaciones.

Por mucho que te compliquen tu día a día, es probable que no te preocupes en exceso de tus malas digestiones, pues no las achacas a ninguna enfermedad. Y así sucede en la mayoría de los casos: simplemente, el estómago no se mueve como debería y es incapaz de vaciar los alimentos a una velocidad normal. ¿Por qué? Los médicos lo atribuyen sobre todo a la genética y a los nervios. Sin embargo, en ocasiones esas molestias digestivas sí esconden enfermedades, incluso algunas que nada tienen que ver, en principio, con tu estómago. Por ello, conoce en salud datos, que existe detrás de una mala digestión

TU APARATO DIGESTIVO QUIZÁ TE ESTÉ AVISANDO DE... 

ÚLCERA. 

Es una llaga en la mucosa que recubre parte del intestino (úlcera duodenal) o el estómago (úlcera gástrica, menos frecuente). El abuso de fármacos anti-inflamatorios o de alcohol o tabaco está, a menudo, detrás de este trastorno. También pueden ser el resultado de que el organismo acumule demasiada cantidad de ácido gástrico.

Si es tu caso... si es muy pequeña, puede no causar síntomas o solo los asociados a las digestiones pesadas. Pero si no se trata puede ir a más y provocar incluso sangrados serios. Cuando se diagnostica, se suele prescribir un fármaco que reduce el ácido estomacal. Hay que tomarlo durante dos meses.

GASTRITIS. 

La mucosa que recubre el interior del estómago se inflama. Existen dos tipos: aguda o crónica. Con la primera se presentan mucho ardor y acidez, vómitos... durante un tiempo corto. La crónica puede no provocar molestias o solo leves. En uno u otro caso, la inflamación suele deberse a que la zona se ha irritado al tomar alimentos muy fríos o calientes, picantes, un exceso de fármacos... A veces, la gastritis se produce por alergia a algún alimento. Otras (sobre todo en el caso de la crónica, que puede acabaren úlcera) se asocia a trastornos como la anemia perniciosa: el estómago no es capaz de digerir la vitamina B12.

¿Cómo se cura?

Suele tratarse también con medicamentos para reducir el ácido del estómago, que daña aún más las áreas inflamadas. Pero servirán de poco (igual que contra la úlcera) si no se corrigen los hábitos que irritan.

CÁNCER GÁSTRICO. 

Aunque sucede en muy pocos casos, el malestar estomacal típico de las digestiones pesadas puede ser su primer síntoma. Este tipo de tumor suele comenzar en las células de la mucosa estomacal. Según la Sociedad Europea de Oncología Médica, se da el doble en hombres que en mujeres y sobre todo a partir de los 60 años. Además de las posibles mutaciones genéticas que pueden provocarlo, hay otros factores de riesgo: una infección (ver el recuadro de la izquierda), tomar demasiada sal (pues aumenta el riesgo de esa misma infección o la agrava y daña la mucosa gástrica), fumar o la obesidad entre muchos otros.

Señales de alerta

A medida que este cáncer avanza, se presentan vómitos con sangre, pérdida de peso sin razón aparente que la justifique... Para confirmarlo suele hacerse primero una gastroscopia: se introduce una especie de minicámara en el tubo digestivo superior y, si el médico observa alguna cosa extraña, extrae tejido para analizarlo. Luego pueden seguir otras pruebas para determinar el tipo de tumor, si se confirma su presencia, y el alcance del mismo antes de ponerle tratamiento.

CUANDO EL ORIGEN ESTÁ MUY LEJOS DEL ESTÓMAGO

DIABETES. 

Más del 50% de las personas con la glucosa alta (hiperglucemia) padecen trastornos gastrointestinales. Les ocurre incluso si sufren la enfermedad de forma tan leve que ni lo saben, con lo que difícilmente pueden relacionarla con las malas digestiones que padecen una y otra vez. Cuando hay un exceso de glucemia en la sangre, se ponen a trabajar más unas sustancias gástricas que entorpecen los movimientos que hace el tubo digestivo para que su contenido recorra los intestinos. Por tanto, el estómago se vacía más despacio.

HIPOTIROIDISMO. 

Esta enfermedad, que se presenta sobre todo a partir de los 50 años, se padece cuando la glándula tiroides no logra producir suficiente hormona tiroidea, esencial para las funciones neuronales, cardiocirculatorias, digestivas... De ahí que sean muchos los que -teniendo a menudo digestiones pesadas- acaben descubriendo que sufren, en realidad, un problema de tiroides. Uno de sus síntomas suele ser el estreñimiento, además del aumento de peso. Otras molestias nada tienen que ver con el estómago: fatiga, ansiedad, pérdida de memoria... En casos muy extremos puede haber insuficiencia respiratoria o cardiaca. En general, los afectados tienen que ingerir, durante el resto de su vida, un fármaco que reponga la hormona tiroidea que les falta.

PARKINSON. 

Cuando el cerebro o los llamados nervios periféricos están afectados por enfermedades como esta (ocurre también tras sufrir una trombosis cerebral), el tubo digestivo no recibe bien las órdenes cerebrales de lo que tiene que hacer. El estómago puede no tener ninguna lesión, pero acaba funcionando mal porque el sistema nervioso le da unas instrucciones inadecuadas.